Adistar, hechas para rodar

Conservar la energía para funcionar eternamente es un objetivo largamente perseguido por físicos e inventores de todas las épocas. Es el movimiento perpetuo, ese que es capaz de mantenerse de manera autónoma después de un impulso inicial, única fuente de energía externa. ¿No sería maravilloso, por ejemplo, aplicado al running? 

Eso mismo han pensado en adidas, conseguir unas zapatillas bajo ese mismo principio: recibir y propulsar cíclicamente la energía de la propia carrera. Y así han aparecido las Adistar, diseñadas con una serie de tecnologías que no sólo minimizan el impacto de la pisada, sino que lo transforman en el impulso de la siguiente zancada. Ese balanceo, ese flujo rítmico imita aquel viejo sueño del movimiento sin fin.

Lamentablemente, el móvil perpetuo ha sido desmentido por la Física y es incompatible con el segundo principio de la termodinámica. En palabras más sencillas: deja de soñar con unas zapatillas que corran por ti.

Las Adistar tampoco lo harán, pero son las que mejor pueden ayudarte a que lo parezca. Están hechas para tiradas largas, muy largas. Probadas durante más de 4.500 kilómetros, estas nuevas adidas ofrecen un paquete de soporte y protección que te ayudarán a ir más allá de lo que creías posible.

Y lo mejor es que, en azul rush o en rojo turbo, vas a querer llevarlas no sólo sobre el asfalto o la tierra, sino por la misma calle.