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Cuánta verdad en aquello de aprender a caminar antes de empezar a correr. No sólo como filosofía de vida, también en sentido literal con tus zapas.
Con el nuevo curso te has propuesto comenzar con el running o volver a los entrenamientos. No estás solo, septiembre es un mes propicio para nuevos propósitos. Y para este nuevo desafío te has hecho con un par de flamantes zapatillas para correr; nada ayuda más en estas ocasiones que estrenar equipamiento. Parece que estás listo, pero no tan rápido.
Uno de los errores más frecuentes de los runners novatos es dejarse llegar por el entusiasmo. Con el exceso de entrenamiento vienen las lesiones, y con el uso indebido del calzado, también. Así que pon atención a unas indicaciones básicas para domar tus nuevas zapas rodadoras.
Los consejos para poner a trabajar tus zapatillas de running comienzan en el momento mismo en que las compras. No puedes dejarte llevar por el diseño o por colores cegadores, lo primero que debes hacer es asegurarte de que son las zapas que más te convienen.
Superado el análisis de pisada, cuando ya sabes si eres un corredor pronador, supinador o neutro, harás bien en probarte las zapas en la tienda. Y con ello, todas las precauciones: dejar espacio libre suficiente en la puntera, dar unos pasos para comprobar la amortiguación, cerciorarte de que el ajuste es el adecuado...
De acuerdo, ya tienes tus zapatillas ideales. ¿Puedo correr ya? En absoluto, es conveniente una adaptación progresiva al nuevo calzado, por eso siempre se recomienda caminar con ellas unos días antes de empezar a usarlas para tus entrenamientos o para las carreras.
Es esa etapa maravillosa en la que vas a la facultad, a la oficina o a tu puesto de trabajo, cualquiera que sea tu outfit, con unas flamantes (y probablemente chillonas) zapatillas de running. Afortunadamente para ti, el espíritu del running se ha transfundido a la moda urbana a unos niveles que a nadie le extrañará verte con un calzado tan técnico. Fíjate en las Asics Gel Venture 6, por ejemplo, unas zapatillas casual en toda regla que pueden pasar por unas zapas de alto rendimiento para corredores. Te animamos a distinguirlas de unas Metaspeed, unas Nimbus o cualesquiera otras que sólo te pones para volar sobre el asfalto.
Como las prisas no son buenas consejeras, dale una semana de adaptación, caminando por casa o por la calle, durante al menos una hora cada día, antes de someterlas a un uso más exigente. Con ello evitarás rozaduras, ampollas o heridas, y lo que es también frecuente, sobrecargas.
Cuando por fin empieces a trotar con tus zapas, es conveniente que sea en entrenamientos de menor duración e intensidad para continuar el proceso de adaptación. No seas impaciente, hasta un mes puede ser un plazo razonable.
Y sobre todo, nunca, nunca, nunca las estrenes el día de la carrera.
