Una de las siluetas más icónicas de la historia de las zapatillas se nos presenta en nuevo formato para que convivan pasado y futuro de un mismo espíritu.
Las Vans Old Skool aparecieron por primera vez en 1977 como Vans #36 o Style 36. Venían con la misma composición robusta y suela pegajosa marca de la casa, por eso gustaba tanto a los skaters, pero además añadían un elemento de diseño que acabaría por convertirse en seña de identidad de la marca: la jazz stripe. También conocida como Sidestripe, en principio fue un dibujo al azar de Paul van Doren, mítico fundador de la firma, pero acabó convirtiéndose en un símbolo de toda la moda urbana.
En efecto, las Old Skool se ganaron pronto un lugar principal no sólo en los skate parks, sino en las calles y, de manera creciente, en los escenarios y en un mayor número de situaciones. Siempre han transmitido ese espíritu indomable y ese carisma que todos queremos llevar en nuestro atuendo.
Y con esa sencilla fórmula –suela de goma con patrón waffle, parte superior de tela, Sidestripe de cuero– se han mantenido vigentes durante más de 40 años sin necesidad de retoque alguno. Color y más color, pero nada más.
Sin embargo, nos encontramos con las Knu Skool y el parentesco es innegable. En este modelo de aire noventero, la Sidestripe evoluciona hacia un diamante acolchado en 3D, más ancho y grueso, con relieve. La lengüeta también es más acolchada y voluminosa. Una silueta imponente, en definitiva, que continúa la saga con el tributo debido a su antecesora.
¿Es la Knu Skool la Old Skool de las nuevas generaciones? Bueno, es difícil sustituir a quien se mantiene en plena forma, pero la conexión es evidente.
De tal Old, tal Knu.