Nacieron en la misma década y acabaron uniendo sus caminos. La moda urbana que acompañó a raperos, grafiteros y bailarines de break dance caminó en gran parte sobre estas icónicas zapatillas.
Las Puma Suede aparecieron por primera vez en 1968, siendo las primeras en incorporar una parte superior de piel de ante (suede en inglés). Lo cambiaron todo en el universo del calzado deportivo, que por entonces persistía en los empeines de lona o de piel más dura. El tacto suave y cómodo de estas nuevas sneakers venía también acompañado por una suela de goma más generosa.
En esa misma década surgió la cultura hip hop en los barrios neoyorquinos del Bronx y Harlem. Era de esperar que raperos, grafiteros y bboys se interesaran por una zapatilla radicalmente nueva, y más si se asociaba a momentos tan disruptores como el Saludo del Poder Negro, que conectaban con el espíritu de la comunidad negra que se cocía en aquel movimiento urbano.
Se precisa nota aclaratoria: aunque subió descalzo al podio, apenas con calcetines negros, el doble hectometrista Tommie Smith ganó en México 1968 con unas Puma. Su gesto con la cabeza gacha y el puño en alto, guantes negros incluidos, son parte de la historia del deporte y los Derechos Humanos. Unas Puma andaban por allí.
Pero volvamos al feliz matrimonio entre los creadores de hip hop en cualquiera de sus facetas y esa nueva zapatilla. Fue un flechazo inmediato, aunque su vínculo se estrechó aún más ya por los 80. Las Suede clásicas se llevaban con unos cordones gruesos y dorados dignos de la realeza del hip hop. Ahí alcanzaron la cima de su éxito.
Todo movimiento cultural no se queda en la pintura, la música o cualquier otra especialidad artística. Tiene sus códigos y su atrezo. La moda, con su incontenible capacidad de expresión, es uno de los instrumentos más poderosos para adherirse a una corriente. Y aquellos años, el hip hop caminó en gran parte sobre unas Puma Suede.