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Las zapas que se ponía tu padre llegaron a tu armario hace ya un lustro y si no se veían pasadas de moda entonces no parece probable que ocurra pronto.
Agarrándonos a la literalidad de la traducción, las dad shoes serían las «zapatillas de padre». Sin embargo, por más que esa sea la inspiración original, no son exactamente las zapas que se pondría tu padre porque encierran un universo estético que seguramente queda (hoy) fuera de sus coordenadas generacionales. Sí, son las zapatillas que se parecen a las que llevarían de jóvenes, solo que ahora las llevas tú.
Las dad shoes vienen a ser esas zapatillas robustas (y de ahí su conexión con las chunky sneakers o las ugly shoes, a las que tomaron el testigo) donde priman el volumen y la comodidad. Nacidas en los 80 por obra y gracia de diseñadores tan reconocidos como Steven Smith, se impusieron en los 90 y ha vuelto con una fuerza inusitada.
En efecto, el trabajo de Smith a mitad de los 80 para New Balance fue determinante para configurar este estilo. No en vano se le conoce como «el padrino de las zapatillas de padres».
New Balance se hizo fuerte en este terreno con zapas míticas como las 990 y todas las que han venido después. Zapatillas de ejecutivo tecnológico –fue las que siempre llevaba Steve Jobs–, listas para la oficina, pero también muy ponibles con tu outfit femenino.
Las llevan con chándal o con minivestido, con falda e incluso con traje. Se rigen por lo retro, lo deportivo, las suelas prominentes, los colores apagados y uniformes, con rejilla y aspecto un tanto brutalista.
Nacieron hace 40 años, se impusieron de nuevo hace un lustro y siguen con nosotros con una fuerza que desoye cualquier inclinación como moda pasajera.
¡Estas zapas son para padrear!
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