En los 80, la marca del trébol logró mandar en el basket y en la moda urbana como el hombre lobo adolescente dominaba en el instituto.
Teen Wolf (Rod Daniel, 1985) es la comedia adolescente que catapultó a Michael J. Fox como ídolo juvenil justo antes de que Regreso al Futuro (Robert Zemeckis, 1985), apenas unos meses más tarde, lo consagrara como estrella global. Fue un rotundo éxito de taquilla y, vista con perspectiva, tampoco ha envejecido mal. También es un buen testimonio de su tiempo.
La moda juvenil de los 80, como aparece en el filme, se componía principalmente de jeans y zapatillas. Camisas y jerseys, cazadoras high school y gafas de sol completaban el conjunto, pero lo que unía a todos los jóvenes eran unos vaqueros y un buen par de sneakers. En Teen Wolf, unas adidas de caña alta que eran signo de su tiempo.
Estamos en 1985, las Converse Chuck Taylor All Star estaban desgastándose y las Nike Air Jordan I acababan de salir al mercado —el propio Michael Jordan había usado unas adidas Forum un año antes—, así que su leyenda apenas empezaba. En esta ventana de oportunidad, adidas hizo lo que tenía que hacer para dominar la zona.
Los alemanes habían propiciado el relevo de las históricas Chucks con modelos como las SuperGrip o las ProModel, todas hoy fuera de nuestro radar. Igual sucede con las que Michael J. Fox lleva en la película: las adidas Tourney. En todas las reseñas consta que esas eran las zapas que El Lobo lleva en la cancha igual que en los pasillos del instituto, aunque no haya forma de seguirles el rastro fuera de de la gran pantalla.
La llegada de adidas a la cancha, hoy más diluida, no fue para nada discreta. Irrumpieron con estruendo ya fuera por las zapas negras y verdes que los Celtics usaban para avasallar al resto de equipos de los 80 o por las SuperStar, que venían a ser las ProModel de caña baja, con su icónica puntera reforzada en forma de concha para los más nostálgicos de las Converse.
Luego las SuperStar siguieron su camino fuera de las pistas, con el hip hop como medio natural, y lo mismo vino a ocurrir con todas las demás adidas de basket: su reinado en las pistas no fue duradero, pero hicieron suya la calle.
Al final, Teen Wolf es una película sobre un padre y un hijo, sobre la aceptación de uno mismo, sobre la amistad y sobre la popularidad. También sobre hombres lobo. También sobre baloncesto. Y de paso nos ofrece un valioso testimonio de la moda urbana de los 80, con adidas como cabeza de cartel.
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